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7 de noviembre de 2013

IMPACTO SOCIOPOLITICO DE LA IGLESIA PROTESTANTE EN HONDURAS

Escrito por Dr. Raúl Zaldívar
 

 

 El mundo en el que vivimos no necesariamente está dividido por fronteras físicas políticamente establecidas, en realidad, el hombre ha marcado su territorio siguiendo un criterio religioso, en tal sentido, sí observamos la división política del mundo, vamos a darnos cuenta que nuestras fronteras son religiosas, este hecho nos lleva a un... interesante fenómeno al cual llamamos geo religión. En la misma línea de pensamiento y tomando el concepto de Abraham Maslov, podemos afirmar que la religión, cualquiera que esta sea, es la infraestructura que determina a la superestructura. Lo que esto significa es que la religión determina la clase de educación que va a recibir la sociedad, determina el sistema de gobierno, determina la economía, inter alia dicho en otras palabras, la religión tiene un impacto sociopolítico de mucha trascendencia en la sociedad por el simple hecho que el hombre es un ser religioso por antonomasia.

Para objetivar lo anteriormente expresado, huelga señalar que en el concierto de las naciones existen muchas fronteras religiosas, sin embargo, son tres las más importantes, no porque una sea mejor que la otra, sino por el número de adeptos que éstas tienen, o el papel que desempeñen en la sociedad, es a saber, el judaísmo, el islam y el cristianismo. Para comenzar hablemos del Judaísmo, que aunque no tiene los adeptos de las religiones mencionadas y no mencionadas, la incluimos por el papel trascendental que juega los judíos en el mundo entero.
 
En segundo lugar el islam, que es relativamente nueva, sin embargo, un significativo porcentaje de la población del mundo la profesa (Según las Naciones Unidas más de 1,600 millones de personas) y se le considera como la religión de mayor crecimiento en el mundo. Si bien es cierto está dividida en facciones, lo cierto es que el objetivo de ellos es la conquista religiosa, política y económica del mundo, puesto que solo ellos son siervos de Alá y el resto de la humanidad son infieles, el jihad es parte de la ideología que carbura sus ánimos para hacer la guerra a occidente donde prevalecen las religiones antagónicas. Finalmente los cristianos, que estamos divididos en tres vertientes bien importantes: Los católicos romanos, los ortodoxos y los protestantes, que es el sector del cristianismo más nuevo y que data apenas del S XVI. Esta última facción surge a raíz de la corrupción administrativa, teológica y religiosa de los católicos romanos de aquella época. El monje agustino Martín Lutero se enfrenta a Roma y la desafía con una teología apegada a las Escrituras que da como origen un movimiento muy importante dentro del cristianismo como somos los protestantes.

Centrándonos en el cristianismo protestante se puede señalar que con el decurso de los años, éste se fue dividiendo en sub grupos surgiendo así un fenómeno al que se
le llama denominacionalismo, tanto en la Europa continental como insular se gesta este movimiento justo en el momento en que se da inicio un acontecimiento social al que se llama la colonización de los Estados Unidos. Los inmigrantes europeos que llegan a las costas del coloso del norte traen consigo su religión: El protestantismo denominacional. Estamos hablando de los Bautistas, presbiterianos, metodistas, Cuáqueros, Reformados, Menonitas, inter alía.

Con los inmigrantes europeos se funda los Estados Unidos de Norte América bajo dos pilares bien importantes: El protestantismo como su religión y la democracia como su sistema de gobierno. Para mediados del S XIX los Estados Unidos de América se erige como una potencia mundial e inicia un proyecto de conquista a la usanza de los griegos de antaño mutatis mutandis en el plano económico, político y religioso. En este último aspecto, a través de un movimiento misionero que llevó la fe protestante a todos los rincones de América Latina que ya había sido evangelizada por la otra facción del cristianismo: Los Católicos Romanos.

Después de más de 100 años de historia protestante en Latino América, la Iglesia protestante se ha consolidado y le ha quitado protagonismo y relevancia al catolicismo y romano que por 400 años prevalecieron con mano de hierro sobre generaciones que no supieron distinguir entre su mano izquierda y la derecha.

Ahora, centramos nuestra atención en el área geográfica que nos interesa abordar en esta conferencia, Honduras, donde la Iglesia protestante ha tenido un crecimiento espectacular y con este crecimiento ha ganado un lugar muy importante en los diferentes sectores de la sociedad, es a saber, el político, económico y social, solo por mencionar algunos, de manera que, Honduras es un país, religiosamente hablando, cristiano, donde existe una pugna abierta entre la facción católica introducida por España y la protestante introducida por los Estados Unidos.

Una vez situados en Honduras, es prudente efectuar un análisis retrospectivo del impacto sociopolítico en más de 500 años de Historia, y al hacerlo nos damos cuenta que en los primeros 400 y tantos años el cristianismo católico - romano fue un instrumento ideológico para oprimir a poblaciones enteras, insultando su inteligencia al extremo de hablarles en los servicios religiosos en lengua extraña, fue una teología hecha con el objeto de legitimar la explotación inmisericorde del hombre por el hombre, la esclavitud y las desigualdades sociales de una masa de seres humanos sumidos en la ignorancia más grande, hasta que llega el liberalismo político al poder, inspirado por la ilustración europea, a poner punto final al abuso religioso que hasta ese momento había imperado, esto abre, sin lugar a dudas, el camino al protestantismo.

Con la llegada del protestantismo a Honduras se abre una luz de esperanza y la posibilidad de emanciparse de tanta injusticia que la sociedad había sufrido, de esta manera se vislumbra un nuevo horizonte a las estirpes hasta ahora abandonadas a la vorágine de una clase gobernante cruel. Como en la vida nada es gratis, los protestantes tienen que pagar el derecho de piso y pelear por un espacio en la sociedad hondureña. Los primeros años fueron amargos, duros y a veces infames. La sociedad cristiana católica - romana persiguió a los cristianos protestantes, los apedreó, los encarceló y en muchos casos atentaron contra su integridad física. Solo por vía de ejemplo y para honrar su memoria en este cónclave menciono a Pedro Oliva y Adán Osorio de la Iglesia de Santidad, Rosendo Llanes de la Iglesia Centroamericana quienes sufrieron los embates de la religión oficial de la época.

Al terminar el Concilio Vaticano II, se abre una nueva era para cristianismo en todo el mundo. Roma se dio cuenta que no podía seguir cometiendo los abusos en los que había incurrido y una era de tolerancia religiosa comenzó de parte de esta sector del cristianismo. Esta coyuntura le vino como anillo al dedo al protestantismo de América Latina y al de Honduras en particular. A partir de los años 70 del siglo pasado, la Iglesia comenzó a experimentar un crecimiento impresionante que ha dado como resultado lo que llamamos en Iglecrecimiento: El fenómeno de las mega iglesias. En Honduras se habla de cifras espectaculares de protestantes y se dice por ejemplo que San Pedro Sula tiene una población mayor al 50% de cristianos protestantes.

Ahora llegamos al meollo de esta conferencia: ¿Cuál es el impacto sociopolítico que estas grandes masas de protestantes han tenido en la sociedad hondureña? Si la Biblia llama a los cristianos a ser la luz del mundo y la sal de la tierra ¿En qué medida hemos sido el cumplimiento de esta palabra? ¿Cuál ha sido, cuál es nuestra incidencia en las relaciones económicas, en la política vernácula y los aspectos sociales del Estado de Honduras?

Para responder a estas interrogantes es un requisito sine qua non ver de una manera muy sucinta ciertos indicadores que nos muestran algo de nuestra realidad socio – económica.

Honduras, se pelea con Paraguay y Bolivia el puesto del país más pobre del hemisferio, aunque según en informe de la CEPAL del año 2012, somos el país más pobre de América Latina con un 67% de los cuales el 34% vive en indigencia. En la lista de 176 países de Transparencia Internacional, Honduras aparece como el 133 más corrupto del globo. Según las Naciones Unidas, Tegucigalpa y San Pedro Sula figuran, proporcionalmente a su población, dentro de las 10 ciudades más violentas del hemisferio con una tasa de 85.5 homicidios por cada 100 mil habitantes. Según los últimos datos de la Secretaria de Finanzas, la deuda externa de Honduras llega a 4,418.5 millones de dólares y la deuda interna alcanza los 2,907.9 millones de dólares para hacer un total de 7,326.2 millones de dólares que al comparar estas cifras con el Producto Interno Bruto y la balanza de pagos, el desequilibrio es abismal. El INE maneja dos cifras en relación con el desempleo, asegura que son menos de 200 mil personas las que están plenamente desocupadas y que la cifra que usualmente se da del 45% o más de dos millones de desempleados son realmente sub empleados. Bien, para evitar caer en un estado depresivo es mejor detenernos aquí.

Ahora, sí la Iglesia debe tener un impacto sociopolítico en la sociedad, tenemos que ser justos y decir que por lo menos antes de 1981, el protestantismo no tiene mayor responsabilidad sobre este tema, puesto que había estado en un período de formación y crecimiento, empero ya para los años 80 del siglo pasado sí teníamos una iglesia grande y con beligerancia nacional, entonces podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el protestantismo debió haber tenido un impacto sociopolítico relevante en los últimos 32 años que corresponde justamente al período democrático en el que ha habido 9 gobiernos diferentes, sin embargo, los indicadores a los que nos hemos referido anteriormente nos muestran que tal impacto ha sido una quimera y que debe movernos a una profunda reflexión.

Intentando dar una respuesta a este hecho, me hago las siguientes preguntas: ¿Acaso será que hemos caído en una situación de un protestantismo nominal? ¿Será acaso que hemos diluido la fe cristiana y hemos hecho compromiso con los poderes temporales de este mundo? ¿Será que nunca hemos experimentado un genuino arrepentimiento y que la predicación del hombre nuevo ha sido simplemente un estribillo religioso que repetimos domingo a domingo? ¿Será que hemos hecho de la práctica de la religión cristiana algo común y corriente que hacemos con liviandad? ¿Será que hemos caído en los estadios de corrupción en los que el catolicismo romano había caído en el S XVI y necesitamos otro Martín Lutero que nos clave en las puertas de nuestro corazón las 95 tesis de cómo vivir una vida según el Evangelio de Jesucristo? ¿ Acaso será… ?

Algunos conductas que he observado en el liderazgo protestante de Honduras y podría ser la razón de que nuestro impacto no haya sido como tiene que ser sería:

Primero, tolerancia ante la idolatría y la doble moral de la clase gobernante. Está suficientemente claro que Dios condena la idolatría no te harás imagen ni ninguna semejanza… no te inclinarás a ella, no la honrarás.. hemos guardado silencio ante este terrible pecado, so pretexto de evitar la confrontación, olvidando que la Palabra de Dios per se confronta este pecado abiertamente. Nos han engañado decretándonos un día de la Biblia para después honrar una imagen de madera. Por otro lado, hemos sido indiferentes ante la doble moral de nuestros líderes políticos quienes han oído la Palabra de Dios, han asistido a nuestras reuniones, han compartido con nosotros, pero no les ha temblado la mano a la hora de practicar el latrocinio del erario público, nepotismo, tráfico de influencias, sobornos, maniobras políticas inmorales y cualquier cantidad de conductas contraria a la ética que han gritado tener. Nos han engañado con su retórica y argumentación bien fundada, nos han engañado asistiendo a nuestras reuniones y hablando nuestro lenguaje. Basta ya Iglesia del Señor, mire usted lo que Dios le dice a Jeremías: te he puesto este día sobre naciones [Honduras]… para arrancar y destruir, para arruinar y derribar, para edificar y para plantar esta es una de las funciones del profeta. No toleremos más la idolatría ni la doble moral de los gobernantes y políticos de oficio.

Segundo, falencia en el ejercicio de nuestra función profética. Muchos de nuestros líderes religiosos se jactan de ser amigos de los políticos de turno, de tener sus números telefónicos y para congraciarse con ellos les profetizan que van a ser presidente o van a ganar tal o cual cargo de elección de popular o cualquier cosa agradable al oído y cuando estas profecías no se cumplen no solamente quedan ellos en ridículo sino que ipso facto se convierten en piedras de tropiezo.

Las funciones del profeta están perfectamente delimitadas en el Texto Sagrado, entre ellas podemos citar el de proclamar la Palabra de Dios, que es espada de dos filos en segundo lugar, denunciar el pecado de los gobernantes y religiosos corruptos cual Miqueas quien pregonaba: Estoy lleno del poder de Dios para declarar a Israel su pecado y a Jacob su rebelión, tercero, llamar al pueblo al arrepentimiento, a volverse a Dios, cuarto a dar una palabra de esperanza al pueblo, Dios es misericordioso y esta presto a perdonar a aquel que se arrepiente, con Dios nunca una situación está perdida si el hombre procede al arrepentimiento, y finalmente la función del profeta es anunciar, según la alta ciencia que posee, las obras que Dios ejecutará en el cercano y lejano futuro.

Iglesia protestante no equivoquemos el camino, ejerzamos el ministerio profético con dignidad, pero también en el marco de los parámetros establecidos en la Biblia, para que el ministerio no se desnaturalice y cumpla con el propósito para el cual Dios lo ha dado.

Tercero, ingenuidad y falta de conocimiento de la Palabra de Dios. Nos hemos quedado haciendo eventos multitudinarios, moviendo sendos contingentes humanos a concentraciones espectaculares, para mostrar a los católicos romanos y a la clase gobernante lo poderosos que somos, pero al final de todo metal que resuena y címbalo que retiñe. No ha pasado nada, las cosas siguen igual o peor y es así porque hemos creído, como Simón el mago, que el don del Espíritu Santo se compra con dinero, es decir, no hacemos nada si no hay dinero de por medio.

Iglesia protestante, no podemos seguir siendo ingenuos y faltos de conocimiento, es una torpeza enfrascarse en el delirio del crecimiento y demostración de un poder tonto pasando olímpicamente el mandato de Dios que señala dos acciones bien concretas: Evangelizar y hacer discípulos. Este precisamente ha sido el problema del protestantismo, muchas cáscaras y pocas nueces. Muchos parroquianos cantando los Carros del Faraón en nuestros templos pero pocos discípulos o seguidores de Cristo al estilo de Mateo 16:24.

No seamos más ingenuos ni faltos de entendimientos, los feligreses que asisten a la iglesia no impactaran nunca a esta sociedad, los discípulos si lo harán. Enfoquémonos pues en hacer discípulos porque algo diferente a esto es absurdo y sin sentido.

Cuarto, No nos hemos hecho sentir. Hemos asombrado al mundo con nuestros templos y numerosa feligresía pero no hemos tenido el impacto que según la Biblia debemos tener, en resumen, no nos hemos hecho sentir. En el libro de los Hechos leemos un pasaje en cual se dice de Pablo no solamente en Éfeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a mucha gente con persuasión… (Hechos 19:26) y este hecho preocupó a los líderes de la ciudad porque les había echado a perder su negocio de idolatría. En otro pasaje se señala: …estos hombres… alborotan nuestra ciudad y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer… (Hechos 16: 20). Pablo sí se hacía sentir en la sociedad romana de su época, con nosotros es diferente, llegamos a los puestos de gobierno y nadie sabe que somos protestantes y si lo saben no les inquieta para nada. Cobramos sin trabajar, hurtamos bienes que pertenecen a la colectividad, llegamos tarde o faltamos a nuestros deberes, callamos cuando tenemos que ser la voz del Señor, nos atemorizan los poderes de este mundo y preferimos los asientos de atrás. Que vergüenza. Que contraste con los discípulos del libro de los Hechos.

¿Acaso será que necesitamos una reforma religiosa en la Iglesia Protestante? ¿Acaso será que este es el momento que paremos esa carrera insensata de quien tiene la Iglesia más grande, quien sale por la TV, quien tiene más amigos en el gobierno? Y comencemos a ser la voz profética de Dios, la voz que clama en el desierto del postmodernismo y que anuncia con hechos más que con palabras que solamente Jesucristo es el único que puede transformar a un ser humano sí este se arrepiente de sus pecados, pero que no solamente nos quedamos ahí, sino que modelamos con nuestra vida el carácter de Cristo y nos presentamos a la sociedad como obreros que no tienen de qué avergonzarse y que nos hagamos sentir ante propios y extraños y tengamos el impacto sociopolítico que el Evangelio reclama de nosotros.

Honduras es un país extraordinario, supremamente rico, desafortunadamente, con una sociedad de mentalidad pobre incluyendo a los protestantes. Con una clase gobernante que nos ha sumido en el concierto de las naciones más pobres y corruptas del hemisferio y lo más indignante de todo esto es que ellos lo han hecho en contubernio con la iglesia católica romana primero y ahora con la iglesia protestante. Que vergüenza.

Pero no voy a acabar de esta manera, creo que hay esperanza para la sociedad hondureña, Cristo en vosotros, la única esperanza de gloria. Podemos cambiar, y no tenemos que vivir otros 192 años de la misma manera. El legado de la Reforma de Lutero es que Cristo es el Señor, la cabeza de la Iglesia, que toda persona que se arrepiente de sus pecados es salva por fe y por gracia, que la Biblia es la Palabra inspirada e inerrante de Dios que no necesita de concilios ni de opiniones de hombres. A esto súmemele todos los principios que encontramos en el Texto Sagrado, con esto como base podemos construir una gran nación, podemos poner a Honduras en el concierto de las naciones del primer mundo y devolverle a nuestros habitantes el respeto que hemos perdido ante la comunidad internacional.

Todo está en nuestra mente, por eso el apóstol Pablo señala sí cambiamos nuestra forma de pensar cambiamos la forma de vivir. La forma de pensar determina la forma de vivir, y si nosotros tenemos la mente de Cristo, definitivamente Honduras experimentará un desarrollo humano y social sin precedentes en su historia. Necesitamos un profeta de Dios, dije profeta de Dios, no un charlatán, necesitamos a un reformador, un hombre o una mujer intocable, es decir, que no tenga pactos ni con la clase gobernante ni con la clase religiosa, que tenga un pacto con Dios y diga al pueblo con toda libertad, Así dice la Palabra de Dios…

La esperanza de Honduras no está en la clase política ni tradicional ni emergente, no seamos más ingenuos, el desarrollo de este país pasa por hombres regenerados por el poder del Espíritu Santo, pasa por hombres regidos por los principios sempiternos de la Palabra de Dios, pasa por hombres altamente educados, pasa por hombres que hablen idiomas, pasa por hombres que hayan vivido en el primer mundo, pasa por hombres que se mueven en otra dimensión, que el spectrum de su conocimiento sea tan amplio que permita tal desarrollo. Es sumamente importante señalar que todo lo anterior carecería de valor si no revisamos y cambiamos el sistema político perverso que constitucionalmente hemos creado y que sume a las estirpes de este país a la indigencia, criminalidad, o para usar la expresión genérica de García Márquez a Cien años de soledad.

Esta es la ecuación del desarrollo de Honduras, hombres nacidos de nuevo, altamente educados, que hayan vivido en el primer mundo el suficiente tiempo, acompañados por una Iglesia beligerante y comprometida con el hombre, que hagan lo que corresponde para llevar a Honduras a un estadio de respeto, desarrollo y sobre todas las cosas a una nación temerosa de Dios, conocida en el concierto de las naciones no por cosas negativas sino por hechos extraordinarios de sus mejores hijos.

Una conclusión bien sencilla, la Iglesia es el cuerpo de Cristo y existe para tener un impacto sociopolítico en la sociedad, el pasaje estos que trastornan al mundo entero también han llegado acá es una prueba indubitable del papel que la Iglesia debe desempeñar en la sociedad. Hondureños, no podemos vivir 192 años de la misma manera, Iglesia protestante, no podemos vivir 32 años de la misma manera, tomemos el lugar que nos corresponde y hagamos historia .

La Iglesia no debe estar nunca en la posición del mendigo, paralitico, sentado a la puerta de la hermosa, con la mano extendida esperando una limosna, no, la Iglesia debe estar en la posición de Juan y Pedro … no tengo plata ni oro … pero lo que tengo te doy, en el nombre de Jesucristo te ordeno… La Iglesia tenemos algo que el mundo no tiene y que necesita desesperadamente, démosle al mundo lo que tenemos y verán el impacto sociopolítico que tendremos en los próximos años.

Hermanos en Cristo, estamos a tiempo, HAGAMOS ALGO, PODEMOS HACER ALGO.