Publicado por: Patricia Guevara
LA ESPERANZA DE SU VENIDA
Son muchos los Escatologos, teólogos, hombres y mujeres de Dios, que han escrito libros y realizado estudios muy interesantes acerca de este hecho que es inminente y trascendental para la Iglesia del Señor, como es: El Arrebatamiento de la Iglesia.
En estos tiempos tan caóticos, cargados de tanta hipocresía espiritual, fanatismo, y apostasía, es difícil sostener nuestra fe, y eso se ve reflejado cuando personas se van de las iglesias decepcionadas de las liturgias, de los falsos lideres, se van resentidos y se pierden del camino, claro en esto influyen varios factores que no tocare en esta ocasión, pero es importante que cada creyente se auto analice día a día, que hagamos conciencia en que esta sustentada nuestra fe, si estamos parados realmente en la roca que es Jesucristo, o estamos tambaleando en dogmas, doctrinas denominacionales, y si realmente estamos anhelando el levantamiento de la Iglesia, o nos hemos dejado arrastrar por herejías como "El reino ahora" o el de la " prosperidad inmediata".
La Biblia nos llama a vivir teniendo en cuenta la venida de Jesucristo, Casi todos los cristianos entienden que Jesús ha de volver. Aparece en todo el Nuevo Testamento. En los últimos años hemos estado ocupados con un enfoque novelesco de la Segunda Venida, viendo películas o series de Hollywood, pero es muy importante que vayamos mas allá de la ficción y comencemos a pensar en la realidad de la Venida del Señor, ya que esto no es simplemente un asunto de curiosidad o morbo, es un acontecimiento que nos brinda dirección y propósito a nuestra vida como cristianos.
La Biblia dice:
Conforme a lo dicho por el Señor, afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera nos adelantaremos a los que hayan muerto. El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre. 1 Tesalonicenses 4:15-17
A Continuación te presento un video, que ilustra como podría ser este hecho, según lo que dice la Palabra, en verdad me alegra ver como personas producen este tipo de videos que ayudan mucho para entender aun mas lo que habrá de suceder, veamos:
https://www.youtube.com/watch?v=4px_QJXs-l4
Ahora quiero compartirte una breve reflexión del pastor David Wilkerson
NUESTRO MAYOR ANHELO
Por: David Wilkerson
Ponga a un lado, por un momento, todas las doctrinas acerca de la venida de Cristo. Considere el profundo clamor del hombre o la mujer que ama su aparición. “Entonces lo veremos cara a cara. Lo contemplaremos.”(Vea 1 Corintios 13:12). La venida de Cristo no debe perturbarle. Lo debe emocionar. Si usted realmente ama a alguien, desea estar cerca de esa persona.
¿Puede imaginarse lo que será para Jesús, llamarlo por su nombre?
Imagine una pareja recién casada y el esposo es llamado lejos por un período largo, quizás por negocios o asuntos militares. Le dice a su esposa, “Regresaré, pero, no sé cuando. Aquí está la dirección donde puedes encontrarme.”
Por los primeros años, esa esposa escribe a menudo a su esposo, con hermosas cartas de amor. Sin embargo, ella nunca le dice: “Por favor, ven pronto.” Pasan diez años, después veinte, y ella le escribe cada vez menos. Pero, ella nunca le dice, “Ven rápidamente; te lo suplico. Necesito tus abrazos, necesito ver tu cara. Estoy orando por tu pronto regreso.”
Este es un cuadro de la iglesia de hoy. ¿Cómo podemos decirle a Cristo que lo amamos y lo extrañamos, si nunca oramos para que venga por nosotros? ¿Cómo es que nunca podemos expresarle que debe volver pronto y llevarnos con él, para que así podamos estar en su constante compañía? ¿Cómo es que no podemos decirle, “Yo ya no puedo seguir manejando esto sin que estés aquí? No quiero estar alejada de ti.”
En medio de estos tiempos, oigo a Jesús decir, “Ciertamente vengo en breve” (Apocalipsis .22:20). Y oigo a la novia de Cristo contestar: “¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!”(22:20).
En Apocalipsis, Jesús anuncia: “¡Vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro” (Apocalipsis 22:7). Cinco versículos más adelante Cristo dice: “¡Vengo pronto!, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.”(22:12).
Aquí está el clamor de quien mira con expectación el regreso de Jesús: “El Espíritu y la Esposa dicen: ¡Ven!”(22:17). Esto se refiere a la novia de Cristo, formada por el cuerpo de creyentes de todo el mundo, bajo su Señorío. Todos estos servidores son nacidos de nuevo, limpiados con la sangre de Jesús.
Usted puede preguntar: “Comprendo que este es el clamor del corazón de los creyentes. Pero, ¿porqué el Espíritu también clama a Jesús, “Ven?” Es porque esta es la última oración del Espíritu Santo, sabiendo que su obra en la tierra esta casi terminada. Como Pablo o Pedro, a quienes Dios les dijo que su tiempo era corto, el Espíritu clama de la misma manera: “Ven, Señor Jesús.”
Entonces, ¿dónde escuchamos hoy este clamor del Espíritu? Este viene a través de aquellos que están sentados con Cristo en los lugares celestiales, quienes viven y caminan en el Espíritu, sus cuerpos son templos del Espíritu Santo. El Espíritu clama en y a través de ellos, “Apresúrate, Señor ven.”
Permítame preguntarle: ¿cuándo fue la última vez que oró, “Señor Jesús, ven rápidamente, ven pronto?” Personalmente, yo no recuerdo hacer esta oración. El hecho es que yo nunca supe que podría apresurar la venida de Cristo, permitiendo al Espíritu que ore esto a través de mí. Sin embargo, Pedro nos ofrece pruebas de esta increíble verdad, “esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán” (2 Pedro3:12). En el griego la frase: “apresurándoos… la venida del día”, significa “dar más diligencia, apurar, urgir.” Pedro dice que nuestras oraciones expectantes apuran, apresuran al Padre para que envíe rápidamente a su Hijo.
Solamente un asunto está impidiendo este glorioso evento. Es un asunto no resuelto. “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
La paciencia misericordiosa del Señor, dictamina el horario de su regreso. Así que, ¿esto significa que no deberíamos orar por su venida? De ninguna manera. Cristo mismo nos dice en el Evangelio de Marcos, “porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios hizo, hasta este tiempo, ni la habrá. Y si el Señor no hubiere acortado aquellos días, nadie sería salvo, pero por causa de los escogidos que él eligió, acortó aquellos días” (Marcos 13:19-20). Imagine lo que puede suceder si, a través de todo el mundo, la novia de Cristo despierta y ora en
el Espíritu diciendo: “Jesús ven.”
Sin embargo, si creo que el mundo se dirige a un irrefrenable caos, y que Cristo viene pronto, entonces mi clamor debe ser dirigido a mi familia y amigos que no están preparados. Seria hipócrita de mí parte orar para que Jesús venga, y no orar para que mis seres queridos estén preparados para ese día. Mi oración debe ser, “Ven, Señor. Pero, te pido, por la salvación de mi familia y amigos perdidos, dales oídos para oír. y permite que sean Sálvalos, salva a los perdidos.”
David Wilkerson.
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Después de leer estas maravillosas notas del pastor David Wilkerson, esto deben conmovernos hasta los tuétanos, debe volver arder esa pasión por predicar el Santo Evangelio por todo el mundo, pero claro debemos comenzar con nuestra familia y amigos.
Para concluir te dejo esta película que en español se llama: UN SEGUNDO DESPUES
https://www.youtube.com/watch?v=p2fpkrjpt8s
por favor déjame tus comentarios, y sugerencia de temas que deseas que abordemos en este blog, que Dios te bendiga.
La Biblia nos llama a vivir teniendo en cuenta la venida de Jesucristo, Casi todos los cristianos entienden que Jesús ha de volver. Aparece en todo el Nuevo Testamento. En los últimos años hemos estado ocupados con un enfoque novelesco de la Segunda Venida, viendo películas o series de Hollywood, pero es muy importante que vayamos mas allá de la ficción y comencemos a pensar en la realidad de la Venida del Señor, ya que esto no es simplemente un asunto de curiosidad o morbo, es un acontecimiento que nos brinda dirección y propósito a nuestra vida como cristianos.
La Biblia dice:
Conforme a lo dicho por el Señor, afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera nos adelantaremos a los que hayan muerto. El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre. 1 Tesalonicenses 4:15-17
A Continuación te presento un video, que ilustra como podría ser este hecho, según lo que dice la Palabra, en verdad me alegra ver como personas producen este tipo de videos que ayudan mucho para entender aun mas lo que habrá de suceder, veamos:
https://www.youtube.com/watch?v=4px_QJXs-l4
Ahora quiero compartirte una breve reflexión del pastor David Wilkerson
NUESTRO MAYOR ANHELO
Por: David Wilkerson
Ponga a un lado, por un momento, todas las doctrinas acerca de la venida de Cristo. Considere el profundo clamor del hombre o la mujer que ama su aparición. “Entonces lo veremos cara a cara. Lo contemplaremos.”(Vea 1 Corintios 13:12). La venida de Cristo no debe perturbarle. Lo debe emocionar. Si usted realmente ama a alguien, desea estar cerca de esa persona.
¿Puede imaginarse lo que será para Jesús, llamarlo por su nombre?
Imagine una pareja recién casada y el esposo es llamado lejos por un período largo, quizás por negocios o asuntos militares. Le dice a su esposa, “Regresaré, pero, no sé cuando. Aquí está la dirección donde puedes encontrarme.”
Por los primeros años, esa esposa escribe a menudo a su esposo, con hermosas cartas de amor. Sin embargo, ella nunca le dice: “Por favor, ven pronto.” Pasan diez años, después veinte, y ella le escribe cada vez menos. Pero, ella nunca le dice, “Ven rápidamente; te lo suplico. Necesito tus abrazos, necesito ver tu cara. Estoy orando por tu pronto regreso.”
Este es un cuadro de la iglesia de hoy. ¿Cómo podemos decirle a Cristo que lo amamos y lo extrañamos, si nunca oramos para que venga por nosotros? ¿Cómo es que nunca podemos expresarle que debe volver pronto y llevarnos con él, para que así podamos estar en su constante compañía? ¿Cómo es que no podemos decirle, “Yo ya no puedo seguir manejando esto sin que estés aquí? No quiero estar alejada de ti.”
En medio de estos tiempos, oigo a Jesús decir, “Ciertamente vengo en breve” (Apocalipsis .22:20). Y oigo a la novia de Cristo contestar: “¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!”(22:20).
Aquí está el clamor de quien mira con expectación el regreso de Jesús: “El Espíritu y la Esposa dicen: ¡Ven!”(22:17). Esto se refiere a la novia de Cristo, formada por el cuerpo de creyentes de todo el mundo, bajo su Señorío. Todos estos servidores son nacidos de nuevo, limpiados con la sangre de Jesús.
Usted puede preguntar: “Comprendo que este es el clamor del corazón de los creyentes. Pero, ¿porqué el Espíritu también clama a Jesús, “Ven?” Es porque esta es la última oración del Espíritu Santo, sabiendo que su obra en la tierra esta casi terminada. Como Pablo o Pedro, a quienes Dios les dijo que su tiempo era corto, el Espíritu clama de la misma manera: “Ven, Señor Jesús.”
Entonces, ¿dónde escuchamos hoy este clamor del Espíritu? Este viene a través de aquellos que están sentados con Cristo en los lugares celestiales, quienes viven y caminan en el Espíritu, sus cuerpos son templos del Espíritu Santo. El Espíritu clama en y a través de ellos, “Apresúrate, Señor ven.”
Permítame preguntarle: ¿cuándo fue la última vez que oró, “Señor Jesús, ven rápidamente, ven pronto?” Personalmente, yo no recuerdo hacer esta oración. El hecho es que yo nunca supe que podría apresurar la venida de Cristo, permitiendo al Espíritu que ore esto a través de mí. Sin embargo, Pedro nos ofrece pruebas de esta increíble verdad, “esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán” (2 Pedro3:12). En el griego la frase: “apresurándoos… la venida del día”, significa “dar más diligencia, apurar, urgir.” Pedro dice que nuestras oraciones expectantes apuran, apresuran al Padre para que envíe rápidamente a su Hijo.
Solamente un asunto está impidiendo este glorioso evento. Es un asunto no resuelto. “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
Sin embargo, si creo que el mundo se dirige a un irrefrenable caos, y que Cristo viene pronto, entonces mi clamor debe ser dirigido a mi familia y amigos que no están preparados. Seria hipócrita de mí parte orar para que Jesús venga, y no orar para que mis seres queridos estén preparados para ese día. Mi oración debe ser, “Ven, Señor. Pero, te pido, por la salvación de mi familia y amigos perdidos, dales oídos para oír. y permite que sean Sálvalos, salva a los perdidos.”