Por: Patricia Guevara
Así puedo mencionar tantos otros comentarios, e incluso de grandes teólogos que tiene su propia teoría al respecto; pero lo que verdaderamente nos debe importar es vivir una vida en santidad, estar atentos y velando en oración, porque si bien es cierto el día y la hora nadie lo sabe, pero hay señales que nos anuncia la Biblia que son contundentes.
Tenemos dos evidencias irrefutables que demuestran que somos la generación del fin del mundo y de la venida del Señor Jesús por segunda vez. Mateo 24:3
Una señal ineludiblemente tiene que ver con el retorno de los judíos al territorio de Israel, a su pueblo como Nación. Y con ello, preparar el camino para el retorno de gran parte de su pueblo de los diferentes países del mundo donde estuvieron dispersos por casi dos mil años.
En relación a esta profecía, hay una enorme cantidad de pasajes de la Biblia, en especial el libro de los Salmos, los profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, y en la mayoría de los libros de los profetas menores.
Si analizamos la historia del pueblo judío, y el territorio de Israel en estos últimos dos mil años, nos daremos cuenta que decir que ellos ya no son pueblo de Dios es estar totalmente desubicado de toda historia realista sobre los judíos a lo largo de estos siglos.
En una entrevista televisada un periodista europeo le cuestionaba a un rabino sobre el por qué ellos habían abandonado la tierra de Israel en todos estos siglos pasados, y ahora estaban despojando al pueblo palestino de esta tierra, la cual ellos tienen derecho —recalcó el periodista—, “pues ustedes dejaron la tierra abandonada”.
El rabino de inmediato le respondió al periodista europeo: “Nosotros los judíos jamás dejamos nuestra tierra por nuestra propia voluntad; fueron ustedes, los europeos, primero por medio de su
imperio romano y después como naciones seculares, los que nos obligaron a abandonar nuestras tierras. Y no hubo tan solo un siglo en todos estos dos mil años en que no intentáramos en regresar a nuestra tierra. Y ustedes siempre nos lo impidieron.
No hubo tan solo un siglo, década, año y día, que no extrañáramos nuestra tierra; tres veces al día orábamos en dirección a Israel y Jerusalén. En todos nuestros escritos, poemas y canciones mencionábamos nuestra tierra; nunca dejamos de usar nuestro idioma hebreo, aunque fuera en las liturgias y plegarias.
Pero no sólo nosotros, el pueblo, lloramos y extrañamos nuestra tierra; la tierra de Israel también nos extrañó. Prueba de ello es que desde que a nosotros se nos obligó a salir de la nuestra, ésta se negó a producir a los pueblos gentiles que vinieron con cada imperio gentil que la ocupó. Ella se convirtió en un desierto siete veces más salado que las aguas del mar.
Ni siquiera al último pueblo hoy en día, conocido como palestino (que es una especie de descendientes de los Kurdos y de todos los pueblos árabes vecinos), ni ellos mismos pudieron hacerlo producir. Y así permaneció hasta después de que su pueblo empezó a regresar a principios del siglo XX, y más específicamente después del 14 de mayo de 1948, día de la Independencia de nuestra nación…”.
La respuesta de este rabino a este periodista europeo en Jerusalén, en el año de 1996, fue muy realista y contundente. Nadie puede negar absolutamente que en estos últimos 62 años han pasado cosas muy grandes, tanto con el pueblo judío, que a la fecha han regresado cinco millones de 189 naciones, que se han enfrentado a más de cien millones de pueblos árabes y se han sobrepuesto contra todo pronóstico.
Y se ha convertido en la única democracia en toda esa región; es el pueblo más intelectual de toda la Mesopotamia, a tal grado que más del 22 por ciento de los premios nobel se han otorgado a este pueblo. Desde que este pueblo regresó a su territorio, el mundo ha recibido múltiples beneficios en todas las aéreas.
Cualquiera que quiera negar esto, podría considerarse una persona totalmente desinformada o una persona enferma, como lo son todos los llamados antisemitas.
De igual manera, nadie puede negar que desde que la tierra de Israel tuvo de nuevo su independencia, la tierra comenzó a dar vida; de tal manera, hoy en día las naciones más poderosas del mundo, como los Estados Unidos, Rusia y China, van a Israel para aprender de los judíos el secreto de hacer producir el desierto.
Cuando uno está llegando a Israel por avión, uno puede ver que todo lo que se ve verde es Israel, y todo lo que se ve seco son los países vecinos.
para que se hagan primero una idea quiero que observen a continuación un mapa donde se ve cual es el territorio que ocupa actualmente la nacion de Israel, y a pesar de que es tan pero tan pequeño, las naciones cercanas siempre están en disputa con ellos.
Puedes ilustrarte un poco en otros artículos y estudios que he he obtenido para que que puedas ilustrarte y aprender aun mas sobre estos temas, que desafortunadamente se hablan muy poco o casi nada desde los pulpitos hoy en día.
A continuación te doy la dirección de estos artículos para que los leas:
http://findelostiemposhn.blogspot.com/2010/05/la-apostasia.html
Si analizamos la historia del pueblo judío, y el territorio de Israel en estos últimos dos mil años, nos daremos cuenta que decir que ellos ya no son pueblo de Dios es estar totalmente desubicado de toda historia realista sobre los judíos a lo largo de estos siglos.
En una entrevista televisada un periodista europeo le cuestionaba a un rabino sobre el por qué ellos habían abandonado la tierra de Israel en todos estos siglos pasados, y ahora estaban despojando al pueblo palestino de esta tierra, la cual ellos tienen derecho —recalcó el periodista—, “pues ustedes dejaron la tierra abandonada”.
El rabino de inmediato le respondió al periodista europeo: “Nosotros los judíos jamás dejamos nuestra tierra por nuestra propia voluntad; fueron ustedes, los europeos, primero por medio de su
imperio romano y después como naciones seculares, los que nos obligaron a abandonar nuestras tierras. Y no hubo tan solo un siglo en todos estos dos mil años en que no intentáramos en regresar a nuestra tierra. Y ustedes siempre nos lo impidieron.
No hubo tan solo un siglo, década, año y día, que no extrañáramos nuestra tierra; tres veces al día orábamos en dirección a Israel y Jerusalén. En todos nuestros escritos, poemas y canciones mencionábamos nuestra tierra; nunca dejamos de usar nuestro idioma hebreo, aunque fuera en las liturgias y plegarias.
Pero no sólo nosotros, el pueblo, lloramos y extrañamos nuestra tierra; la tierra de Israel también nos extrañó. Prueba de ello es que desde que a nosotros se nos obligó a salir de la nuestra, ésta se negó a producir a los pueblos gentiles que vinieron con cada imperio gentil que la ocupó. Ella se convirtió en un desierto siete veces más salado que las aguas del mar.
Ni siquiera al último pueblo hoy en día, conocido como palestino (que es una especie de descendientes de los Kurdos y de todos los pueblos árabes vecinos), ni ellos mismos pudieron hacerlo producir. Y así permaneció hasta después de que su pueblo empezó a regresar a principios del siglo XX, y más específicamente después del 14 de mayo de 1948, día de la Independencia de nuestra nación…”.
La respuesta de este rabino a este periodista europeo en Jerusalén, en el año de 1996, fue muy realista y contundente. Nadie puede negar absolutamente que en estos últimos 62 años han pasado cosas muy grandes, tanto con el pueblo judío, que a la fecha han regresado cinco millones de 189 naciones, que se han enfrentado a más de cien millones de pueblos árabes y se han sobrepuesto contra todo pronóstico.
Y se ha convertido en la única democracia en toda esa región; es el pueblo más intelectual de toda la Mesopotamia, a tal grado que más del 22 por ciento de los premios nobel se han otorgado a este pueblo. Desde que este pueblo regresó a su territorio, el mundo ha recibido múltiples beneficios en todas las aéreas.
Cualquiera que quiera negar esto, podría considerarse una persona totalmente desinformada o una persona enferma, como lo son todos los llamados antisemitas.
De igual manera, nadie puede negar que desde que la tierra de Israel tuvo de nuevo su independencia, la tierra comenzó a dar vida; de tal manera, hoy en día las naciones más poderosas del mundo, como los Estados Unidos, Rusia y China, van a Israel para aprender de los judíos el secreto de hacer producir el desierto.
Cuando uno está llegando a Israel por avión, uno puede ver que todo lo que se ve verde es Israel, y todo lo que se ve seco son los países vecinos.
para que se hagan primero una idea quiero que observen a continuación un mapa donde se ve cual es el territorio que ocupa actualmente la nacion de Israel, y a pesar de que es tan pero tan pequeño, las naciones cercanas siempre están en disputa con ellos.
A continuación te doy la dirección de estos artículos para que los leas:
http://findelostiemposhn.blogspot.com/2010/05/la-apostasia.html
http://findelostiemposhn.blogspot.com/2010/04/el-arrebatamiento-de-la-iglesia-mito-o.html
Por favor comparte con otros estos temas, te invito para que me escribas al correo electrónico:
findelostiemposhn@gmail.com dime de qué país me escribes y qué temas edificaron tu vida. Que Dios te bendiga.
SHALOM.